Durante casi tres años guardé un secreto. Uno que me acompañó en tardes de ensayo, lecturas intensas, ejercicios de voz, de cuerpo y de emociones. Un secreto que no era por vergüenza, sino porque necesitaba tiempo para madurar, para afianzarse, para convertirse en algo real. Hoy ya puedo contarlo con orgullo: me subí al escenario y debuté como actor de teatro.
El pasado 22 de marzo del 2025, iniciamos la temporada de la obra Prohibido Suicidarse en Primavera de Alejandro Casona. Un clásico del teatro que, si no lo conoces, te cuento que gira en torno a un lugar imaginario llamado “El Hogar del Suicida”, donde los personajes llegan con la intención de quitarse la vida… pero poco a poco descubren razones para seguir adelante. Una historia tan humana como surreal, profunda pero también cargada de ternura, ironía y poesía. Y sí, sucede en primavera.
Mi personaje: El Amante Imaginario
Dentro de esta obra tan peculiar, me tocó interpretar a El Amante Imaginario. Un tipo soñador, un mentiroso entrañable que inventa romances, viajes, amores y glorias… pero que en realidad nunca vivió nada de eso. Un personaje triste, tierno, absurdo, con el que me identifiqué más de lo que esperaba. Darle vida no fue sencillo: memorizar los textos, entender sus matices, marcar los trazos escénicos, adaptarme a las luces, la música, las pausas, los silencios…
Fueron meses de ensayo, de frustraciones, risas, dudas y descubrimientos. Y aunque en las primeras dos funciones los nervios me tenían tenso, para la tercera comencé a disfrutar, y la cuarta función fue un regalo total.
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Una noche especial: mi familia en la sala
Esa cuarta función, el 3 de mayo, vino mi mamá desde Ciudad de México. Vino acompañada por mis hermanos y mi sobrina. Estuvieron ahí, entre el público, viéndome por primera vez en el escenario. Sin demeritar a mis amistades, que me acompañaron a lo largo de las funciones y me regalaron risas y palabras hermosas, esa noche fue distinta. Había un cierre emocional, una validación interna, un “lo lograste” que me resonaba por dentro.
¿Y ahora?
Ahora sí puedo decir que los martes por la tarde-noche voy al teatro. Que formo parte de GLOW con mucha entrega y pasión, que salí de mi zona de confort, y que descubrí que el teatro es una forma profunda de conocerse a uno mismo.
Quiero agradecer especialmente a Manual Medina y a todo el equipo de Glow, por esta oportunidad que me abrió nuevas puertas creativas y emocionales. Gracias a mis compañeros y a quienes se sentaron en las butacas para acompañarnos. El aplauso del público es algo que no se olvida. No sé qué vendrá después, pero ojalá sigamos montando obras, soñando personajes, inventando otros mundos.
Porque aunque El Amante Imaginario mintiera sobre sus viajes y sus amores… yo puedo decir que este viaje al teatro sí fue real. Y fue hermoso.