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Si me hubieran preguntado hace un tiempo si la repostería estaba entre mis pasiones, probablemente hubiera respondido que no. Sin embargo, la cocina siempre encuentra formas de sorprenderme, y esta vez fue con un curso de Repostería Creativa de dos días intensivos con dos chefs de altísimo nivel: Marco Tola, traído directamente desde Italia, y Miguel Cepeda, un maestro en la cocina molecular.

No podía perder la oportunidad de aprender de estos cracks, así que me aventuré en esta experiencia, sin imaginar que terminaría haciendo más de 20 preparaciones en solo dos días.

Día 1: Un Torbellino de Técnicas y Preparaciones

Desde el primer momento, me di cuenta de que este curso no era cualquier clase de repostería. No íbamos a hacer simples pasteles o galletas, aquí la clave estaba en la precisión, la técnica y la combinación de sabores y texturas. Cada postre era una obra de arte, no solo en sabor, sino en presentación.

Trabajamos en tres postres principales, pero la cantidad de mini preparaciones que cada uno llevaba era impresionante. Para que se den una idea:

🍓 Postre de frambuesa, betabel y rosas – 8 mini recetas
🍋 Postre de limón, miel, vainilla y yogurth – 8 mini recetas
🍏 Postre de La manzana – ¡Más de 12 mini recetas!

Cada uno de estos postres llevaba capas de sabores, crujientes, gelatinas, espumas, cremas y texturas increíbles. Y claro, todo tenía que prepararse en el orden correcto, con los tiempos exactos y las técnicas adecuadas para que el resultado fuera perfecto.

Algunas Técnicas y Equipos que Usamos:
Abatidor para enfriar y estabilizar preparaciones rápidamente.
Sifón para crear espumas y mousses ultra ligeros.
Sous vide para lograr cocciones perfectas y conservar los sabores intactos.
Nitrógeno líquido para hacer helados y efectos espectaculares.

Este primer día lo dedicamos a preparar todas las bases: masas, cremas, crumbles, gelatinas, mousses… todo se iba preparando, moldeando y metiendo al congelador para que el día siguiente estuviera listo para el montaje final.

Al final del día, tenía la sensación de haber cocinado una infinidad de postres, pero apenas era el inicio de lo mejor.

Día 2: La Magia del Emplatado y la Creatividad

El segundo día fue más relajado en términos de volumen de trabajo, pero igual de exigente en precisión y creatividad. Terminamos de preparar algunos elementos del postre de la manzana, ajustamos detalles y, finalmente, llegó el momento más esperado: el emplatado.

Aquí es donde cada uno podía dejar volar su imaginación y creatividad. El chef Marco nos explicaba el montaje de los postres, hacía una demostración impecable, y luego nos dejaba replicarlo con nuestra propia interpretación. No había una única forma de hacerlo, lo importante era jugar con los elementos, los colores, las alturas y las texturas.

Ver la transformación de simples ingredientes en platos tan sofisticados fue sorprendente y gratificante. Cada postre parecía salido de un restaurante de alta cocina, con un equilibrio perfecto entre dulzura, acidez, frescura y texturas crujientes y cremosas.

Mi Reflexión: ¿Me Gusta la Repostería?

Siempre he dicho que la repostería no es mi área favorita, pero después de este curso, tengo que admitir que es una de las disciplinas más fascinantes y técnicas en la cocina. Es donde realmente se pueden aplicar técnicas de vanguardia, desde esferificaciones y gelificaciones hasta nitrógeno líquido y sifones.

Aprender con dos chefs tan experimentados fue una experiencia que realmente valió la pena. Me llevo muchísimo conocimiento y, sobre todo, una nueva perspectiva sobre la repostería.

Así que, aunque no me considero un repostero, sí me declaro fan de la cocina de vanguardia y de las técnicas innovadoras. Y lo mejor de todo, ahora tengo nuevas recetas y habilidades que podré poner en práctica con ustedes.

Les dejo algunas fotos de los postres, estoy seguro de que se les van a antojar. ¡Será un placer prepararlos y seguir practicando con ustedes!